Artículo de opinión publicado en El Diario Montañés (29 de mayo de 2019)
Los cántabros me habéis hecho Senador y, gracias a vuestra generosidad, la semana pasada juré la Constitución y tomé posesión del escaño. Mi gratitud por este inmenso honor se convertirá en un compromiso firme de defender aquello en lo que creo, y el mejor de los futuros para España y para Cantabria, que es para lo que se me ha elegido. Gracias a Dios, he tenido la oportunidad de hacer muchas cosas de las que me siento razonablemente orgulloso, pero os aseguro que esta renovada oportunidad que me habéis dado mis paisanos de serviros como merecéis es, junto a mi familia, mi mayor orgullo y mi mayor responsabilidad.
Vuelvo a representar a Cantabria en las filas del Partido Popular, un partido que ha salvado a España en dos ocasiones y que estoy seguro va a ganarse de nuevo el apoyo de una mayoría amplia de españoles, porque la democracia siempre da oportunidades a quien las merece, y el PP de Pablo Casado estará a la altura de las circunstancias. Pedimos confianza y procuraremos ganarla con nuestro esfuerzo, con empeño en servir y ser útiles a los españoles, y convencidos de que la fe en la libertad podrá mover montañas y hacer que nuestros errores hayan servido para aprender y para mejorar. Los políticos somos personas, y si nos equivocamos debemos reflexionar y no empecinarnos en que se equivocan quienes no nos votan.
España es un gran país, los españoles nunca hemos sido los últimos en nada y muchas veces hemos llegado los primeros a la meta. Entre todos tenemos que aspirar a liderar esa Europa que ha sido cuna de lo mejor, y que ahora pasa por momentos de crisis debido al egoísmo de los nacionalistas que no se dan cuenta de que vivimos en un mundo en el que se necesita un tamaño mínimo para competir, algo que ninguna de las grandes naciones del pasado lo tiene por sí sola. Pero Europa sufre también por los excesos intervencionistas de quienes no saben ver que una Europa sin su tradición cristiana y su respeto a la libertad no tiene sentido.
La política no existe para decir a todo el mundo lo que tiene que hacer, para imponer dogmas morales, pero llevamos años padeciendo la intromisión en nuestras conciencias de políticas que quieren coartar nuestra libertad moral y nuestra capacidad de juicio en nombre de un entendimiento de la democracia que es equivocado, porque la democracia niega su valor y su fundamento si se dedica a imponer las demandas de minorías sobre el deseo de libertad y autonomía de todos.
He luchado siempre por defender la vida y la libertad de conciencia y lo continuaré haciendo en el partido que está en mejores condiciones de lograr más libertad, más oportunidades para todos y mayor prosperidad y lo ha demostrado. En el PP creemos en la iniciativa, en la competitividad, en la responsabilidad y en la solidaridad, pero no caeremos nunca en la trampa de imponer un modelo de solidaridad que solo es un reflejo de lo peor de la condición humana, de la envidia y de la pasión por controlarlo todo. Hemos visto estos días a Podemos que critica una donación gratuita de Amancio Ortega, se ve que piensan que es mejor lo que se hace porque te obligan que lo que nace de la libertad y la generosidad de quien sabe bien lo duro que es abrirse paso en la vida, de quien no ha hecho otra cosa que esforzarse y crear riqueza y empleo para miles de personas.
No creemos que nadie se deba entrometer en la educación de los hijos, ni que nadie sepa administrar nuestros recursos mejor que nosotros mismos. Si se nos quita la libertad, nos quedamos en nada, y al final terminaremos perdiendo casi todo, como pasa siempre que se engaña a los ciudadanos con promesas falsas y control férreo de sus conductas.
La política es una actividad de hombres y mujeres libres, que buscan entenderse, que renuncian a la violencia y desean mejorar la vida de sus conciudadanos, pero para eso hay que dejarlos elegir, sin ingenierías sociales, y sin el despotismo de los que quieren acabar con la libertad.
La política es difícil y es fácil equivocarse, pero no nos dejemos llevar por la antipolítica, por prejuicios que, en último término, facilitan que el poder caiga en manos de los totalitarios, de los que creen que la libertad es un engaño y debiera estar prohibida. Creo que los últimos resultados muestran que muchos electores ya consideran que Pablo Casado va a hacer la política que deseamos, y por eso muchos cientos de miles de electores han vuelto a escoger al PP, como lo muestra el resultado de las europeas, que es la elección en que más cuenta la marca del partido. Nos hemos levantado y ya ha empezado la remontada. Quiero dedicar un recuerdo muy especial a esa enorme multitud discreta de candidatos, apoderados, interventores, etc. que han trabajado con fe y con desinterés y cuya labor callada hace y hará que el PP vuelva a ser el partido hegemónico del centro-derecha. Gracias.
Empezamos una nueva etapa llenos de esperanza y de gratitud porque ya habéis empezado a devolvernos la confianza y estoy seguro de que en estos cuatro años los electores que alguna vez habéis votado al PP volveréis a sentiros orgullosos del trabajo que va a hacer el PP de Pablo Casado y todo su equipo, presidentes regionales, alcaldes, concejales….
Javier Puente Redondo.-Senador por el Partido Popular de Cantabria.