Tecnología; nos jugamos el futuro y la felicidad de nuestros jóvenes.
Soy padre de tres hijos menores de edad y me fascinan las oportunidades que les ofrecen las nuevas tecnologías, a la par que me preocupa la capacidad seductora de las mismas.
Mis notas
Soy padre de tres hijos menores de edad y me fascinan las oportunidades que les ofrecen las nuevas tecnologías, a la par que me preocupa la capacidad seductora de las mismas.
Para salir de esta espiral es necesario bajar impuestos, poner alfombra roja para los emprendedores y los que tienen ideas para arrancar nuevos negocios, eliminar trabas administrativas y reducir gasto improductivo.
Las personas ancianas y los jóvenes son los más vulnerables en las redes sociales y es preciso desarrollar estrategias de prevención y ayuda, en caso de fraudes o robo de datos.
“La Nueva Economía y la salida de la crisis económica y social debe venir del conocimiento, de las nuevas tecnologías y de la transformación digital.”
Es preciso promover todo un cambio cultural, que debe partir de las autoridades políticas, acompañado por la sociedad civil.
“Contar con un centro de estas características puede potenciar Cantabria a nivel internacional y, sobre todo, abrir las puertas del empleo a una de las Comunidades con mayor paro juvenil de España”.
Es necesario y urgente crear un marco legislativo que regule los nuevos modelos económicos.
El sector del videojuego no solo abre las puertas a perfiles técnicos, sino que tiene la posibilidad de crear muchos empleos de carácter artístico, como diseñadores, dibujantes, guionistas o músicos.
“No podemos seguir en el vagón de cola de la innovación, porque al final todo sale más caro y es más contaminante”.
Es necesario que el nuevo marco regulador no frene las iniciativas, sino que, por el contrario, propicie la innovación.
Medidas en comisión de la Sociedad de la Información, Innovación Tecnológica y Agenda Digital.
Llevamos muchos años gestionando la región como si la globalización no afectara a nuestras cuadras, a nuestros astilleros o a las industrias del Besaya. ¿Es un desastre? Si. Pero no todo está perdido.