Me duele el alma.

En relación a la siguiente noticia, «Cae el número de abortos» publicada por El Mundo, no estamos hablando de 1, de 2, de 100, de 1000…lo cual particularmente también consideraría un fracaso en nuestra sociedad, sino de más de 108.000 vidas. 108.000 vidas de inocentes a los que no hemos dado opción de elegir si querían vivir o morir; niños a los que no hemos dejado vivir una Navidad; niños a los que no hemos dejado celebrar ni su primer añito de vida. Me duele al alma.

Particularmente, como ya he expresado en varios medios y en las redes sociales, seguiré trabajando por la defensa de la vida, y el apoyo a la mujer embarazada. Confío también en que el gobierno apruebe una ley integral de ayuda a la mujer embarazada y de protección al no nacido, y para ello seguiré trabajando este año 2015.

Es imposible defender a la vez el derecho al aborto y el derecho a la vida (confío en que se derogue la ley Aído, que considera el aborto como un derecho).  Yo defenderé el derecho a la vida. El aborto es un fracaso de nuestra sociedad; si no defendemos la vida, ¿qué nos queda por defender?

Mientras, hay muchas cosas que se pueden hacer; como la creación de centros de apoyos a mujeres embarazadas, entrega de información de apoyo, ayudas psicológicas, ayudas económicas para aquellas situaciones complicadas. Apoyo para la conciliación laboral.

No existe nada como el amor hacia un hijo, y tenemos que generar la conciencia social de que es así.

Aprovecho para compartir el artículo de opinión publicado hace un año en El Mundo, Por la defensa de la vida.